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RPG , AVATAR TU leyenda

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  • #31
    Re: RPG , AVATAR TU leyenda

    me gustaria que los miembros de este rpg me entrege los capitulos correspondientes a su historia

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    • #32
      Re: RPG , AVATAR TU leyenda

      bueh...sin mas preambulos mi mision

      Capitulo 3 El inventor


      [spoiler:1z5mt30x]Luego de asesinar a mi objetivo tuve que volver al palacio de Ozai, solo estábamos a unas horas de llegar, nos habría tomado menos tiempo ir por la carretera principal, pero quien sabe que no podría haber estado esperando allí, aunque, esta vez no estaba solo, Lourdes se me había unido, ella una maestra agua, pero no importaba ya que no se lo diría a nadie, aunque ella tenía sus sospechas.
      Lourdes: Quiero que seas franco conmigo, ¿me entregaras a la armada imperial?
      Ezio: ¿Tu qué crees?, Porque hubiera sido más sencillo haberte eliminado durante el camino, mientras dormías, y si no lo hice, es porque, además de haberme salvado la vida, encontré una amiga.
      Lourdes: Por favor, no traiciones mi confianza.
      Ezio: Descuida, soy un hombre de palabra, una de las más grandes atrocidades que podría hacer una persona es traicionar la confianza que se le ha dado, eso es cosa de barbaros, así que quédate tranquila.
      Lourdes: Gracias, al parecer no eres un criminal después de todo.
      Ezio: ¿Criminal?
      Lourdes: Oye, no te hagas, robaste una carta y mira todo lo que sucedió, acabamos con una buena parte de la flota de esa ciudad.
      Ezio: Un mal menor por el bien del mundo.
      Lourdes: Bonita frase.
      Ezio: Aun sigo con curiosidad de cómo hiciste para llegar aquí, a la boca del lobo diría yo.
      Lourdes: ¿sigues con eso? Está bien te contare.
      Ezio: Adelante.
      Lourdes: Yo nací en la tribu agua del norte, allí vivía con mis queridos padres, éramos una familia humilde, nunca le hicimos nada a nadie, todo era paz y armonía hasta que un día, comenzó a caer una especia de nieve negra, eso no podía significar nada bueno, ese día yo estaba practicando agua control con mi amigos, éramos discípulos del maestro Paku, ¿lo conoces?
      Ezio: No, nunca fui al polo norte.
      Lourdes: Oh es cierto, bueno, resulta que estábamos allí, y oímos el redoble de las campanas, y miles de soldados de nuestra tribu de dirigían hacia los muros.
      De repente vimos una gran bola de fuego que se nos venía encima, todos estaban paralizados por el miedo, así que tuve que salvar nuestros pellejos, use la misma nieve para hacer una pared de hielo, que detuvo la bola.
      Estaba muy preocupada por mis padres y corrí hacia mi hogar, a mi desgracia mi casa estaba casi junto a los muros, temía lo peor, y en efecto al llegar solo encontré mi casa en ruinas y miles de soldados de la Armada de Fuego, me enfade tanto, que decidí ayudar con lo poco que podía, corrí hacia un maestro fuego dispuesta a atacarle, pero un soldado se me interpuso, me levanto en sus brazos mientras yo lloraba y le pedía que quería luchar, recuerdo que el solo dijo “cumplo con mis órdenes”.
      Me llevo hacia el palacio, allí había miles de refugiados, todas las mujeres y niños, tenía una esperanza de encontrar a mi madre por allí, así que busque por todos lados, y fue en vano, mis padres habían perecido bajo las ruinas de mi hogar.
      En fin me quede dormida en un rincón después de tanto llorar.
      A la mañana siguiente desperté, todo estaba en orden, al parecer habíamos ganado, pero aun así yo perdí, perdí a lo que más quería en este mundo, la ciudad solo me traía malos recuerdos, así que decidí huir de allí, aun siendo joven me metí de polizón en un barco hacia el reino Tierra, al parecer el Rey esperaba formar una alianza con el Reino Tierra para detener a la Nación del Fuego.
      Junte las pocas cosas que me quedaron y sigilosamente me escabullí en el barco, este tenía destino a la mismísima capital del Reino Tierra.
      Ezio: ¿No crees que fue un poco precipitado hacer eso?
      Lourdes: Para nada, no quería estar ni un día mas en ese lugar, me sentía muy insegura.
      Ezio: Continua.
      Lourdes: Bueno, finalmente me fui con el barco, que estaba lleno de diplomáticos, pasaron bastantes días, yo estaba escondida en la bodega, de allí podía sacar uno que otro alimento, aunque como yo pensaba, tarde o temprano sospecharían que no estaban solo y que la comida faltaba.
      Ezio: Hahaha, ¿y tú me dices delincuente?
      Lourdes: Lo eres, déjame continuar, paso casi una semana hasta que se percataron de mi presencia, así que toda la tripulación buscaba por cada rincón, hasta que me encontraron una noche dormida.
      Ezio: ¿Y qué te hicieron?
      Lourdes: Al parecer ellos se compadecieron de mí así que no me arrojaron del barco, y hasta me dieron un camarote, pero me dijeron que de vuelta me traerían de regreso a la tribu, obviamente no debieron decírmelo, ahora solo debía esperar a que llegásemos.
      Tardamos 5 días en entrar en aguas del Reino Tierra, desembarcamos en un pueblo y nos “disfrazamos” de refugiados. No debíamos llamar la atención o un espía de la Nación del Fuego o algún simpatizante de la zona nos podrían atacar, sin mencionar que todos le temían a los espías elite de la Nación del Fuego, los famosos Hasshisshin o como se diga.
      Ezio: ¿Qué sabes de ellos?
      Lourdes: Son tipos muy impecables con lo que hacen, según dicen no hay misión imposible para ellos, les dan su objetivo y lo cumplen a costa de vida, pero, aun así, matar a uno de ellos es muy difícil.
      Ezio: Ya veo, oye pronto llegaremos al palacio Imperial. Por aquí si rondan los famosos Hasshisshin, así que luego terminas de contarme tu historia, no quiero tener problemas.
      Lourdes: Esta bien.
      Estábamos en las afueras de la Capital, no tardamos mucho en llegar al palacio, yo debía entregar mi información cuanto antes, el Señor del Fuego corría peligro.
      Ezio: Llegamos, mira debo entregar un informe cuanto antes, quédate aquí y no hagas nada sospechoso.
      Lourdes: Escucha amigo, estuve más de un año viviendo en medio de esta gente y si aun no se enteran de mi es porque hago bien mi trabajo.
      Ezio: haha, es lo que te decía, ahora mismo estas diciendo, “láncenme una bola de fuego”.
      Ella entrecerró los ojos.
      Lourdes: Eres un idiota.
      Ezio: Como digas, ya vengo, si me tardo puedes ir a dar una vuelta por allí.
      Entre al palacio, y me dirigí a toda prisa hacia la sala del Trono, en la puerta se encontraban 2 sujetos de la guardia imperial, al principio pensé que no me iban a permitir el paso, pero cuando pase entre ellos no me miraron, cerré las puertas y me dirigí hacia Ozai, el estaba sentado en su trono, hice un reverencia y él se puso de pie.
      Ozai: Avatar Ezio, me entere que has cumplido tu misión, te estaba esperando, dime, ¿qué tal te fue?
      Ezio: Señor Ozai, usted corre peligro, el General Kung Lao, uno de los 12 Generales, él fue el que estuvo ayudando al Reino Tierra, y piensa derrocarlo.
      Ozai: Avatar Ezio, no tienes que perder tiempo, el General Kung Lao está a punto de zarpar hacia el Reino Tierra, si no llegas a tiempo se escapara, estoy seguro de que ya está al tanto de lo que le paso a su aliado.
      Ezio: Si Señor, iré de inmediato.
      Salí a toda prisa del Palacio, debía llegar al puerto cuento antes, o sino mi presa se escaparía, afuera estaba Lourdes sentada al lado del Rinoceronte.
      Ezio: ¡Lourdes! Monta rápido.
      Lourdes: ¿Qué sucedió?
      Di un salto y me monte, luego la tome de la mano, la subí al animal y partimos a gran velocidad.
      Lourdes: ¿Qué sucedió?
      Ezio: Tengo una nueva misión, tú me ayudaras, en el puerto debo encontrar a un hombre, recuerda esto, tiene un sombrero con bordes afilados, es una de sus armas, botas negras, pantalón amarillo, lleva un chaleco que le deja el pecho descubierto, tiene un cinturón rojo con la insignia de fuego, muñequeras de tela, más bien es una venda, cabello negro, grandes patillas, carácter fuerte, ¿lo tienes?
      Lourdes: Si… eso creo.
      Ezio: Bien, vamos.
      Seguimos cabalgando hasta que por fin llegamos al puerto.
      Ezio: Aquí nos separamos, busca por los puestos de mercaderes y yo por el muelle.
      Lourdes: Bien.
      Ezio: Y si llegases a encontrarle, me buscas y me avisas o distráelo lo más que pueda, no dejes que se valla de aquí, ¿entendido?
      Lourdes: Si.
      Ezio: Esta demás decirte que no debes intentar pelear, él es uno de los 12 grandes, es muy fuerte y peligroso y además tú no puedes usar tu agua control.
      Lourdes: Mientras me dices todo esto el ya podría estar escapando.
      Ezio: Tienes razón, buena suerte.
      Me dirigí a toda prisa hasta los muelles, los 12 grandes tienen sus barcos insignia, generalmente son uno bien armados con mucho mas blindaje y grandes.
      Corría por el muelle y por fin pude ver su bote, no se había marchado.
      Ezio: Al parecer no se fue, perfecto, me escabullirle y le matare cuando entre a su camarote.
      La entrada del barco estaba custodiada por 4 hombres de su guardia personal, no sería fácil entrar allí, así que me arroje al agua, las anclas de su nave estaban bajas, así que podía trepar por ellas.
      Bucee hasta la parte trasera del barco, hasta dar con una de ellas y trepe por las cadenas, hasta llegar al punto en donde se corta, de allí tome un poco de impulso y me agarre de la cubierta, y con otro impulso ya estaba a bordo, había 2 guardias de espaldas hacia mí, no debía alertarlos o comenzarían las sospechas, me agache y cuidadosamente me pare de tras de ellos, saque mis cuchillas ocultas y los apuñale por la nuca para que no griten, cuando estaba por tomar los cuerpos para arrojarlos al agua, oí que un tercer soldado se acercaba, a mi suerte estaba al lado de uno de los mástiles de la nave así que me escondí detrás de él.
      El soldado se agacho a ver los cuerpos.
      Soldado: ¿Quién ha hecho esto? ¿Dónde te escondes desgraciado?
      Salí de mi escondite y me pose detrás de él, cuando volteo, le tape la boca y lo apuñale entre las costillas para evitar que grite.
      En ese momento arroje los cuerpos al agua.
      Ezio: Ahora solo debo esperar mi presa.
      En ese momento alguien me dio un puñetazo en la nuca, con la intención de desmayarme pero no lo consiguió, pero me arrojo al suelo.
      Kung Lao: Ezio Auditore, el Avatar, y el Hasshisshin, tienes muchos títulos amigo, sabía que vendrías por mí luego de que mataste a mi Capitán en la ciudad Pyro.
      Me levante lentamente.
      Kung Lao: Esto no tiene por qué ser así, ¿no lo crees? ¿Por qué no negociamos un acuerdo?, juntos podríamos evitar la destrucción de esta tierra y evitar que la guerra se siga cobrando vidas.
      Ezio: Tú no eres más que un traidor, ¿Cómo te atreves a decir lo que es bueno o no en esta tierra? Luego de que tu Capitán dejaba morir de hambre a la gente de Ciudad Pyro.
      Kung Lao: Hay sacrificios necesarios, necesitábamos dinero para seguir financiando nuestra causa, que después le traerá la paz a este mundo.
      Ezio: Eres un parasito, por eso le pondré fin a tu vida ahora mismo.
      Kung Lao: Escúchame Avatar Ezio, te hare una última oferta, ayúdame y te traeré a tus padres ahora mismo.
      Ezio: ¿Qué sabes de ellos?
      Kung Lao: Solo que están encerrados en Omashu y no dejan de decir que tu apareceros para salvarles.
      Ezio: Salvare a mis padres por mi cuenta, no me convertiré en un traidor como tú.
      Le lance una bola de fuego, pero él la detuvo con una mano.
      Kung Lao: ¿es este todo el poder del Avatar? No me hagas reír.
      El me devolvió la bola de fuego pero rodé por el suelo para esquivarla.
      Kung Lao: Vamos, muéstrame lo que Maquiavelo te enseño.
      El siguió lanzándome bolas de fuego, pero yo las esquivaba fácilmente.
      Kung Lao: ¿No sabes hacer otra cosa más que correr? Está bien, tengo prisa por salir de aquí, ¡muere!
      El sujeto comenzó a dar vueltas con los brazos extendidos y de ellos brotaron llamas hacia todas partes, era un ataque indirecto, y difícil de esquivar, así que me refugie detrás del mástil.
      Kung Lao: Jajaja, estás perdido.
      Se saco su sombrero, este estada sujeto a su mano con una cadena y me lo arrojo, cortando el mástil al medio, a mi suerte lo esquive en el último segundo ero aun así me hirió en el brazo.
      Ezio: ¡Maldición!
      Kung Lao: Yo no bajaría la guarida.
      El sombrero volvía guiado por su cadena a gran velocidad, pero esta vez solo tuve que agacharme para esquivarlo.
      Kung Lao: ¿Que sucede Avatar Ezio? No has hecho nada aun, ¿y así dices ser poderoso?
      Ezio: Solo evaluaba tu ataque, la próxima vez que me ataques será tu fin, tiene un punto débil fatal, que te ocasionara la muerte.
      Kung lao: Demuéstramelo.
      Él volvió a lanzar su ataque, yo me dirigí en la dirección en la que venía y antes de que me impacte salte y seguí mi trayectoria, saque mi espada, me detuve frente al General y la di una estocada, pero este simplemente dejo que su sombrero se perdiera en el mar y agarro mi espada con una mano.
      Kung Lao: Por lo viste te diste cuenta de mi que mi ataque es solo directo, bien por ti, pero eso ya lo sabía, no deberías subestimarme no llegue a ser uno de los 12 Grandes por nada.
      Ezio: ¿Aun te atreves a considerarte uno de los 12 grandes? Eres una escoria, eras conocido como el “centauro” con tu táctica de ataques a distancia usando un mínimo grupo de hombres, pero una gran cantidad de artillería, eras un prócer de la Nación del Fuego.
      Kung Lao: Basta de charla, es hora de que cierres esa boca para siempre.
      Él arrojo su sombrero una vez más.
      Ezio: ¡Ahora veras a lo que me refería!
      Kung Lao: Jajá.
      El jalo de la cadena con la que controlaba el sombrero, la retorció en sus manos y el sombrero comenzó a girar sobre sí mismo.
      Ezio: ¿Qué?
      Su ataque fue me agarro imprevisto y fue demasiado rápido, no podía esquivarlo, así que levante mi brazo derecho y me cubrí con mi cuchilla.
      Kung Lao: ¡Imposible!
      Saltaron miles de chispas y mi arma se hizo añicos pero detuvo el sombrero que se adhirió a mi brazo, el ataque solo me hizo una cortadura leve en el antebrazo, pero había conseguido el arma de mi rival.
      Ezio: Es tu final.
      Saque mi espada y corte de un solo mandoble la cadena.
      Kung Lao: ¡No puede ser! No solo detuvo mi ataque sino también me prohibió de mi principal forma de ataque.
      Ezio: Ahora será tu fin.
      Kung Lao: No lo creas, aun tengo mi fuego control.
      Ezio: Eso no te servirá.
      Kung Lao: Ya veremos.
      El arrojo una bola de fuego, que yo detuve fácilmente con mi mano y la deshice.
      Ezio. Ya me mostraste tus ataques anteriormente, se como usas tu fuego control, ahora solo te queda rendirte.
      Kung Lao: ¡Jamás!
      El se dio media vuelta con la intención de arrojarse al mar, rápidamente recogí la cadena, forme un lazo y lo atrape por el pie.
      Ezio: Te tengo.
      Lentamente fui trayéndolo hacia mí.
      Kung Lao: ¡Por favor! No me mates ¿Quieres oro? Te daré todo o que pidas pero por favor ¡no me mates!
      Cuando lo tuve delante de mí me agache y lo recogí de del cuello de su chaleco y le di un cabezazo en la nariz, esta se quebró y el lanzo un grito de dolor.
      Ezio: Eres una basura, y un cobarde, ¿No que estabas listo para morir? Ahora enfrente tu destino.
      Kung Lao: ¡Espera! ¡Yo te diré donde están tus padres!
      Lo pensé un segundo, luego le di un puñetazo y lo arrojé al suelo.
      Ezio: ¡Habla!
      Kung Lao: Ellos… no están en Omashu, yo mismo pedí que los trasfirieran a un lugar más seguro… los envié a Ba-Sin-Se,
      Ezio: La capital del Reino Tierra, maldición, dime ahora lo que planean hacer con ellos.
      Kung Lao: Obviamente seria una estupidez matarlos… son prisioneros de guerra ahora, estarán a salvo por el momento.
      Ezio: ¿Qué quieres decir?
      Kung Lao: Los mataran cuando vean a algún sospechoso cerca de ellos… todos saben que tu padre es el Gran Maestre de los Hasshisshin… tenía planes de cobrar un rescate pero sería muy arriesgado… cuando se enteren de lo que paso aquí… ellos morirán…y no podrás hacer nada…Jajaja.
      Me agache y le un puñetazo que lo dejo inconsciente.
      Ezio: No te matare, pero te llevare ante Ozai, el decidirá tu suerte.
      Lo maniate con la misma cadena y lo cargue al hombro.
      Ezio: Casi lo olvido.
      Fui y recogí los pedazos de mi arma, no podía dejarla allí, era un regalo de mi padre, solo había que repararla.
      Me volví hacia mi rumbo y me arroja al agua, no podía salir como si nada, el aun tenía sus fieles soldados por allí, nade con dificultad hasta el muelle y sin que nadie me viera lo metí en un saco de patatas.
      Ezio: Ahora si podre llevarte, ahora solo me resta encontrar a Lourdes.
      Lourdes: ¡Ezio!
      A lo lejos pude oír su voz, voltee y la vi que corría hacia mí, ella venia montando en el rinoceronte.
      Ezio: Lourdes, es una suerte que aparecías ya me estaba preocupando.
      Lourdes: ¿Por mi?
      Ezio: No, me preocupaba que si no aparecías tendría que cargar este “paquete” hasta el palacio, y es un largo trecho.
      Lourdes: Eres un idiota, ¿uh? Ezio, ¿Qué le paso a tu brazo?
      Ezio: No es nada, solo una pequeña herida, vamos tenemos que llevarle “esto” a Ozai.
      Ate el saco en las ancas del rinoceronte y fuimos a todo galope hacia el palacio, por suerte no nos topamos con ningún soldado de Kung Lao. No tardamos mucho en llegar al palacio, en la entrada ya nos esperaba Ozai.
      Ozai: ¿Lo atrapaste?
      Me baje del rinoceronte, tome el saco donde estaba Kung Lao y lo arroje a los pies de Ozai.
      Ezio: Allí lo tiene mi señor.
      Ozai: Veo que te costo un poco, descuida, en el palacio te curaran.
      Ezio: No es necesario, debo partir de inmediato al Reino Tierra, debo ver a mis padres.
      Ozai: Lo sé, pero deberías descansar.
      Ezio: No tengo tiempo, ya debo irme, pero no se preocupe, llevare su estandarte hasta la victoria.
      Ozai: Eso espero joven Avatar, le deseo buena suerte.
      Ezio: Gracias.
      Ozai: Antes de que parta lleva esto contigo –me dio una insignia dorada con el emblema de la Nación del Fuego- Si en alguna parte algún general, comandante o quien sea intenta detenerte muéstrale eso, con eso podrás hacer lo que gustes en mis dominios, obtendrás lo que pidas en donde vayas.
      Ezio: Esta bien, se lo agradezco.
      Lo recogí y volví a montar, debía ir con Maquiavelo antes de partir.
      Lourdes: ¿Ahora qué haremos?
      Ezio: Iremos a ver a un viejo amigo.
      Monte nuevamente el rinoceronte y saque mi espada, que levante a lo alto.
      Ezio: ¡Victoria para la Nación del Fuego!
      Tome las riendas del animal y nos fuimos a todo galope.
      Lourdes: Eso no era necesario.
      Ezio: Solo fue para ganarme un poco más la confianza de Ozai.
      Lourdes: ¿Piensas traicionarlo?
      Ezio: Jamás, el es nuestro soberano, la traición es la caída en la deshonra.
      Lourdes: No te pongas así, solo preguntaba.
      Ezio: Ahora podrías terminar tu historia.
      Lourdes: Bueno, desde que llegamos a Ba Sin Se los diplomáticos discutieron con el Rey en privado, luego les dije que me quedaría allí y así fue como me convertí en sirvienta del Rey Tierra, y ellos se marcharon.
      Ezio: Vaya, continua.
      Lourdes: Bueno todo iba bien, hasta que un día mientras llevaba la ropa a lavar vi a su consejero que estaba con sus agentes, ellos tenían a un hombre con la cabeza dentro de un saco, y lo golpeaban en medio del pasillo, yo me escondí tras la sombra de un pilar y me quede a mirar, el Consejero preguntaba qué es lo que ese hombre había visto, y los agentes le dijeron que según lo que él decía había visto tropas de la Nación del Fuego cerca y quería advertir en caso de ataque a la población y así fue como lo capturaron.
      Ezio: Agentes Thai Lee, se dice que son muy versátiles y hacen bien su trabajo. Sigue.
      Lourdes: Entonces el Consejero solo dijo que lo lleven a pasear al Lago y se lo llevaron arrastrando, en ese momento el tipo se zafó y comenzó a correr, los agentes lo detuvieron con Tierra control, haciendo que unas rocas lo atrapen por los pies, y luego…
      Ezio: ¿Qué paso?
      Lourdes: Luego…el Consejero les dijo que para que no volviera a escaparse le rompieran las piernas, y eso fue lo que hicieron, en ese momento deje caer la canasta con ropa y ellos me oyeron.
      Ezio: …
      Lourdes: Y entonces me largue del palacio a toda velocidad, pero uno de los agentes rápidamente me capturo de la misma forma, sin agua no podía hacer otra cosa que implorar piedad…pero fue increíble me llevo ante el consejero y este me dijo que sabía que era una niña buena, así que no me haría nada siempre y cuando abandone la ciudad.
      Ezio: ¿Y qué hiciste?
      Lourdes: Bueno le dije que lo haría y él me ayudo a venir hacia aquí en un barco pesquero, pero… bueno en el Reino Tierra soy buscada por traición, al parecer le dijo al Rey que yo era una espía de la tribu del agua.
      Ezio: Jaja, que idiota.
      Lourdes: Bueno el barco me dejo aquí, donde conseguí la cabaña que ya viste.
      Ezio: Bonita historia, mira llegamos con Maquiavelo.
      Regrese a la cabaña en la que había visto a Maquiavelo por última vez, y allí en la entrada estaba él, se acerco presuroso hacia mí, estaba encapuchado, al parecer nadie sabía que estaba aquí.
      Maquiavelo: Vaya, justo a tiempo, ya estaba por marcharme.
      Ezio: Jaja, te dije que vendría.
      Maquiavelo: Es cierto, pero no dijiste que tardarías, por cierto, ¿quién es la dama que te acompaña?
      Ezio: Maquiavelo te presento a Lourdes, una maestra agua fugitiva.
      Maquiavelo: Un placer conocerte, ahora explícame ¿Con quién fue la pelea?
      Ezio: Nada, arreste a uno de los 12 grandes por conspirar contra Ozai, pero perdí algo muy valioso, mira.
      Saque una bolsa donde estaban los pedazos de mi cuchilla y se la mostré.
      Maquiavelo: Es una pena, esta cuchilla tiene un mecanismo más complejo que la que te di.
      Ezio: ¿Crees que podrías repararla?
      Maquiavelo: No, pero se quien si puede, vive en la cima de la montaña del Fénix, un tal Leonardo, fabrica armas para nuestra Nación.
      Ezio: Excelente, iré a verlo cuanto antes, pero dime el motivo de tu llamado.
      Maquiavelo: Si nos permite jovencita es una conversación privada de ahora en mas, puede retirarse.
      Ezio: Deja, vete a dar una vuelta en rinoceronte.
      Sin decir una sola palabra se fue, no sin antes lanzarme una mirada indiferente.
      Maquiavelo: Ezio debo decirte algo, envié a algunos Hasshisshin a averiguar sobre tu padre, y me entere que están en la capital, piden un rescate por ellos.
      Ezio: Perfecto, iré a rescatarlos.
      Maquiavelo: Piénsalo, ahora muchas personas saben que eres el avatar y por como conseguí la información me huele a emboscada, sin mencionar que los soldados no saben absolutamente nada, tendrás que ir tu mismo a investigar, es todo lo que puedo decirte.
      Ezio: Descuida tendré cuidado.
      Maquiavelo: Y felicidades, ahora que tu padre no está eres el nuevo Gran Maestre de los Hasshisshin.
      Ezio: ¿Qué?
      Maquiavelo: Eres el líder de los asesinos de ahora en mas, felicidades Maestro Ezio- dijo y se inclino- usted es el heredero del legado de los Auditore, de ahora en más los Hasshisshin están a su servicio, guíenos con sabiduría, a la vuelta de tu misión haremos la ceremonia, ahora ve y muéstranos tu valía.
      Ezio: Es un gran honor, no les fallare.
      Maquiavelo: Eso espero- me dio un fuerte apretón de manos-has crecido tanto, es hora de que vivas tus aventuras tal como lo hizo tu padre, nos veremos pronto, y que la Paz sea contigo.
      Ezio: La Paz sea contigo, ahora iré a buscar a Lourdes y le daré una visita a Leonardo.
      Salí trotando hacia donde Lourdes se fue.
      Ezio: ¡Lourdes! ¡Lourdes! ¿Dónde estás?
      Seguí avanzando mientras la llamaba hasta que por fin la divise en el camino, había parado en un árbol para dormir un poco, al parecer estaba cansada y no había dormido desde nuestro escape desde el puerto. Cogí al Rinoceronte por las riendas y la puse sobre él, no estaba cansado así que seguí a pie.
      La Montaña Fénix no estaba lejos de allí así que tome seguí el camino a pie hasta de Lourdes se despertara, y luego hicimos cambio de roles, yo dormía y ella me llevaba, de ese modo no tardaríamos en llegar a la cima, teníamos suficientes provisiones así que cada vez que podíamos comíamos un bocadillo. Ella no se quejaba de nuestro camino, mientras ascendíamos a la montaña.
      Lourdes: ¡Llegamos!
      Por fin luego de 4 días de caminata llegamos a la cima, allí no había más que una pequeña cabaña, allí seguro encontraríamos a Leonardo.
      Ezio: Perfecto, ahora quédate aquí, yo iré a hablar con él.
      Lourdes: ¿Por qué siempre me haces a un lado?
      Ezio: Porque soy mayor que tu y debo cuidarte, así que obedece.
      Lourdes: ¡Bien!
      Ella se sentó de mala gana, no le di importancia, y fui a tocar la puerta de esa vivienda.
      Ezio: ¿Hola?
      Leonardo: No hay nadie.
      Ezio: ¿Hola? Sé que está ahí, por favor habrá, quiero charlar con usted.
      Leonardo: ¿Y quién eres tú?
      Ezio: Soy Ezio Auditore.
      Leonardo: Lo siento, no te conozco, ¿cómo sé que no eres un asesino?
      Ezio: Porque si lo fuera no golpearía la puerta, sino que la derribaría.
      Leonardo: Buen punto, dame un segundo.
      Ezio: Esta bien.
      Espere unos segundos cuando oí una explosión.
      Ezio: ¡Maldición!
      Eché la puerta abajo y una nube de humo salió de adentro.
      Ezio ¿Se encuentra bien?
      Leonardo: Cof…si…Cof Cof.
      El sujeto salió de adentro cubriéndose con un pañuelo.
      Ezio: Por Dios, ¿Qué hacía allí dentro?
      Leonardo: Experimentaba, intente hacer una granada de mano con temporizador, pero este ultimo salió mal, solo logro que explote impactándola contra algo y así no sirve.
      Ezio: Pero, ¿está loco? No puede experimentar con esas cosas en un lugar tan cerrado.
      Leonardo: Creo que tienes razón.
      Me miro de reojo.
      Leonardo: ¿Tu eres Ezio? Encantado en conocerte, soy Leonardo.
      Ezio: Un gusto.
      Leonardo: No suelo recibir visitas, ¿a qué has venido?
      Ezio: Pues pensé que un inventor de armas para la Nación del Fuego, no tendría problemas en arreglar esto.
      Saque la bolsa y se la di.
      Leonardo: Por cierto deje de fabricar armas para la Nación del Fuego cuando apareció ese otro inventor, el que les dio esos tanques, son basura, yo hice uno mejor, pero no lo aceptaron por considerarlo peligroso e inestable, que sabrán ellos.
      Ezio: ¿Cómo era tu diseño?
      Leonardo: Seguro ya habrás visto el diseño de esos tanques, pueden hasta escalar montañas, los míos son mejores, solo que no escalan, pero por lo menos no los puedes tumbar de lado y quedar obsoletos, los disparos de esos tanques dependen de los soldados, pues yo les puse algo extra, un cañón.
      Ezio: ¿Un cañón?
      Leonardo: Exacto, mira es sencillo, lo cargas con estas bombas con la que estaba experimentando, se cargan de la parte de atrás así que dentro del tanque estarás a salvo, pones un poco de pólvora, no con la que haces fuegos artificiales, sino de la pólvora negra, pones un tapón, que puede ser un trapo o algodón y luego la bala, o bomba, enciendes la mecha de la parte de adentro y ¡bom!
      La bala sale a tal velocidad que acabaría con 20 enemigos y dañaría a los que estén cerca.
      Ezio: Veo que es un arma mortífera ¿Por qué la rechazaron?
      Leonardo: Bueno, es que la pólvora debe ser precisa, precisa porque si pones mucha el tanque se transforma en una bomba y si pones poca la bala no llegaría tan lejos, pero eso es porque los soldados son inútiles. En fin, veamos que tenemos aquí.
      Abrió la bolsa y caso mi cuchilla.
      Leonardo: Increíble, ¿Cómo me dijiste que te llamabas?
      Ezio: Ezio Auditore.
      Leonardo: Giovanni, mira lo que este chico le hizo a tu cuchilla.
      Ezio: ¿Conoce a mi padre?
      Leonardo: Claro, yo le hice esta cuchilla cuando me ayudo en mi juicio, todos me acusaron de vender armas al Reino Tierra, cosa que no haría jamás.
      Ezio: ¿Puede repararla?
      Leonardo: Claro que puedo, dame un día, pero en mi casa no tengo más que una cama, así que tendrán que arreglárselas aquí afuera.
      Ezio: No hay problema.
      Leonardo: Entonces hasta pasado mañana.
      Ezio: No me moveré de aquí.
      Y así fue, armamos un pequeño campamento afuera y esperamos allí hasta que por fin.
      Leonardo: ¡Ezio! ¡Ezio! ¡Ven aquí rápido!
      Me levante de inmediato y fui a ver.
      Leonardo: Mira Ezio, no solo repare tu cuchilla, sino que también le puse cositas extras ahora mírala- levanto la manta que tenia sobre la cuchilla- guala.
      Ezio: Cielos, esta increíble- la tome y me la puse-hiciste un gran trabajo y hasta le añadiste una capa de cromo.
      Leonardo: Eso no es todo, mira por debajo, ahora tienes una pistola.
      Ezio: ¿Una qué?
      Leonardo: Una versión miniatura del cañón que te comente, solo que esta no estallara, pongas la cantidad de pólvora que pongas, ya que el caño es demasiado grueso, eres el único que tiene una, o el primero de tantos, como sea, úsala sabiamente.
      Ezio: ¿Cómo funciona?
      Leonardo: Fácil, préstamela – me la saque y se la di- ahora presta atención – él se la puso- esta descargada, así que tomas uno de estos saco de una bolsa una bolsa más pequeña de papel- esta bolsita la rompes adentro tiene la pólvora exacta que necesitas, la vacías dentro, luego usas la misma bolsa como tapón, usa la mitad de la bolsa, la haces un bollito y la metes en el cañón, ahora tomas la vara que está aquí atrás, solo saca el precinto y se afloja, bueno lo sacas y empujas el tapón hasta el fondo, luego tomas la bala- saco una pequeña pelotita de acero- es de plomo, es el único metal que pude moldear así que ten – me dio una bolsa- allí hay 49 balas, y ten esto también- me dio una bolsa con un bloque de plomo y algo que parecía una tenaza- con esas herramientas las haces, calienta el plomo hasta que se derrita, después lo vieses en esa tijera, observa la forma que tiene es hueca así que lo viertas allí y la cierras, ahora solo esperas a que se enfríe y tienes otra bala, ¿entendiste?
      Ezio: Si.
      Leonardo: Bueno volvamos a la pistola bueno pones la bala y pones la otra mitad de la bolsita como tapón y empujas, luego aquí tienes el gatillo, lo presionas y...
      Disparo hacia una lámpara que se hizo añicos.
      Ezio: Diablos.
      Leonardo: Bueno, el empuje que te da es normal por la fuerza, ahora las advertencias, recuerda que solo puedes disparar una bala a la vez, y tardas para recargar y no dejes que se moje o no podrás disparar hasta que se seque.
      Ezio: Gracias.
      Leonardo: Descuida, sigo trabajando en otras cosas así que si algún día termino algo interesante para ti te llamare.
      Ezio: Esta bien, te agradezco tu ayuda.
      Leonardo: No, yo te agradezco a ti, al fin tengo algo de trabajo.
      Ezio: Ahora debo llegar al puerto.
      Leonardo: Espera, ¿quieres probar algo nuevo?
      Ezio: Seguro.
      Leonardo: Sigueme.
      Me llevo a la parte trasera de su casa y detrás de unos arbustos me mostro una especia de ala.
      Leonardo: Esta es mi máquina para volar, está basada en la que usan los maestros aire, pero esta es para cualquier persona tengo o no poderes, mira, allí tienes unas bombas, las usas para recuperar la altura, cuando estés por caer arroja una cerca justo bajo de ti y el humo hará que tomes altura, ya que es muy liviana.
      Ezio: Esta bien, préstamela.
      Leonardo: No, llévatela, cuando llegues al muelle incéndiala, que nadie la vea.
      Ezio: Esta bien, pero las bombas ¿son peligrosas?
      Leonardo: No, no en este modelo, solo son de humo, no llegan a encenderse, solo es para que ganes altura, pero si quieres puedes ponerles unas reales, y bombardear casas.
      Ezio: Quizás en otra ocasión, ahora solo quiero llegar al puerto, cuida de mi Rinoceronte.
      Leonardo: Descuida.
      Recogí los alimentos y le dije a Lourdes de la idea.
      Lourdes: ¿Qué? No, estás loco, no pienso subirme allí.
      Ezio: Bueno, entonces quédate aquí con Leonardo.
      Ella miro a Leonardo de reojo.
      Lourdes: Eres un idiota, si llego a morir, tu morirás conmigo.
      Ezio: No pasara nada.
      Yo me puse sobre el triangulo de madera para conducir la maquina y me tomo de los hombros, estábamos en una montaña así que busque un barranco y nos lanzamos.
      Lourdes: Aaaaaaaaaahhh, vamos a morir!!!
      Ezio: Silencio
      La maquina lentamente iba tomando altura con la brisa, me incline hacia la derecha y la maquina viro hacia allí.
      Ezio: Cielos, con esto llegaremos rápidamente al muelle, no queda muy lejos de aquí, y mira ya estamos lejos de la montaña.
      Lourdes: ¡Nos caemos!
      Ezio: Descuida.
      Solté una de las bombas y la maquina volvió a elevarse.
      Ezio: Increíble
      Solo estuvimos unos 15 minutos volando y divise el muelle.
      Ezio: Llegamos, según Leonardo, solo debo inclinarme hacia abajo.
      Hice el movimiento y nos caímos en picada.
      Lourdes: aaaaaaaaaaahhhhhh!!!!!!
      Ezio: Silencio!!!
      Me incline hacia atrás y la maquina se levanto lentamente, pero solo logro amortiguar la caída, dimos contra un árbol y la maquina se volcó y caimos de espalda en las afueras del pueblo.
      Ezio: ¿Seguimos vivos?
      Lourdes: Idiota, quítate de encima de mí.
      Me levante lentamente y algo aturdido.
      Ezio: Leonardo… casi nos matas.
      Lourdes: Ese amigo tuyo es un loco.
      Ezio: Bueno apártate.
      Lourdes se levanto y se paró a mi lado, luego incendia la maquina hasta que no quedaron más que cenizas.
      Ezio: Vamos.
      Y asi comenzaba mi aventura hacia el Reino Tierra, ¿que me esperaba allí? Solo el destino lo sabe…[/spoiler:1z5mt30x]


      <--- Orgullo de Buitre

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      • #33
        Re: RPG , AVATAR TU leyenda

        siguiente mision: [spoiler:udrs0rl4]pues ve al reino tierra ,[/spoiler:udrs0rl4] y luego te cuento los puntos

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        • #34
          Re: RPG , AVATAR TU leyenda

          Reabierto, hablé con patri, así que el rpg está activo de nuevo.

          Saludos.

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