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Días después, por correo les llega una invitación a los que tuvieron la suerte de resultar elegidos en base a sus... extraños perfiles psicológicos.
Los diez “afortunados” se reúnen el día de la inauguración a la hora indicada frente al desvencijado edificio esperando que toda esa jugarreta empiece. Luego de alrededor de quince minutos de impuntualidad, un muchacho de tez blanca, dientes afilados, cabello oscuro y semblante apesadumbrado los invita a pasar.
Ustedes no se conocen pero no pueden evitar sentirse más seguros estando juntos. El lugar por dentro está aún más deteriorado que por fuera. Esa empresa o está trabajando con un bajísimo presupuesto o es que no tienen idea de cómo debe verse un edificio moderno.
Sus edades no superan los 13 años. Están ansiosos por la aventura que se viene pero también temerosos por el lúgubre aspecto del sitio.
—Buenos días a todos. Yo soy Ikta y de ahora en más seré su guía en esta prueba del nuevo Colegio Virtual. No necesitan saber mucho más que será una experiencia aterradora.
Todos lo observan incómodos, incapaces de saber si está hablando en serio o en broma. Su rostro no expresa más que la fría mirada de un experimentado jugador de poker.
—¿Dije aterradora? Lo siento, quise decir encantadora. —El supuesto guía se corrigió como si tan sólo hubiera cometido un error en la acentuación de la palabra—. Como verán, no hay mucho espacio en esta habitación.
No hacía más que recalcar lo obvio, ese pequeño cuarto con suerte medía cinco metros cuadrados, con suerte entraban algo apretujados y sólo había dos puertas: aquella por la que habían entrado y otra en la pared opuesta.
—Si pasan por esta puerta, entrarán inmediatamente al Colegio Virtual. Y quiero aprovechar este momento para recordarles que han firmado las fichas donde Ilussion Art EG queda totalmente exento de cualquier responsabilidad sobre sus probables defunciones.
De nuevo todos lo miran extrañados. Si ese tipo es sólo el guía no quieren ni imaginar lo que será la excursión...
—¿Dije defunciones? En realidad quise decir decisiones. Sepan que el Colegio Virtual funciona en conjunto con sus mentes —les informó el pálido guía— y cualquier determinación que tengan, ya sea por su lógica o por su incontrolable instinto, no es más que el reflejo de sus deseos. Vamos, vayan pasando, la tortura les espera. ¿Acaso dije tortura? Dios, que mal día que tengo, han de ser los nervios. Quise decir aventura.
Su semblante serio y maduro no refleja ni el minimo atisbo de nerviosismo, pero como no quieren estar un segundo más cerca de ese sujeto, toman la mejor salida que es entrar a esa habitación.
Y en cuanto entran...
Elwood:
Spoiler:
Haces el honor de entrar primero y cuando ves que la habitación es completamente gris y no puedes distinguir donde empieza y termina una pared sabes que algo anda mal.
Frente a ti, en el infinito gris que se proyecta frente a tus ojos, comienza a formarse una figura oscura, más o menos de tu tamaño, algo encorvada y con dos enormes zarpas en sus extremidades superiores.
Es un Excadrill. Él te mira y parece sonreír. Con determinación se te acerca y no puedes alejarte, ya estas contra la pared. Lo sientes llegar y chocar contigo estúpidamente...
En el momento en que el Excadrill te tocó, tu mente se desconectó. No sentiste nada en realidad, sólo fue un pantallazo, como si acabaras de tener un sueño muy claro. Te levantas sobre una superficie endurecida y terrosa. Lo primero que vez frente a ti son seis pokémon. Dos Sentret, dos Slakoth, un Cherubi y un Ledyba. Ellos te observan con parsimonia, como si llevaran mucho tiempo esperando a que te levantes...
Te incorporas tratando de concentrarte y trazar un pequeño plano mental del lugar donde estas. No puedes ver mucho, hay una gran cantidad de maleza, además de que tus ojos están un poco... extraños.
Entonces te das cuenta del cambio. Tu cuerpo pesa, y pesa mucho más de lo que pesaba antes. Sin embargo, tienes la fuerza suficiente como para que no te moleste. Tu piel se ha cubierto por una capa de pelo más espesa y de un color más oscuro. En tu cabeza, tu cabello se ha erizado y se ha endurecido como casi al punto de que parece metal. Está largo, tanto que hace sombra sobre tu cara como su fuera un gran cuerno. Cuando quieres tocarlo con tus manos te das cuenta de la gran diferencia. ¡Tienes dos zarpas al menos 20 veces más grandes que tus antiguas y debiluchas manos humanas!
El resto de tu cuerpo parece normal pero sientes como si tus piernas fueran más fornidas y como si las uñas de tus pies comenzaran a escarbar por si solas sobre tus zapatos. Esa ropa que llevas no durará mucho, espero que no tengas demasiado pudor.
(Debes arrojar un dado 1d5 para saber cuántas misiones te dura la ropa)
El asunto es problemático. Sabes muy bien que te has vinculado con ese Excadrill y eso tiene sus ventajas y desventajas pero más que nada te asusta porque no sabes que vendrá a continuación.
Los pokémon a tus pies esperan un movimiento de tu parte. No sabes bien qué hacer, estas en un mundo extraño, con un cuerpo extraño y... aromas extraños que invaden tu ahora muy
desarrollado sentido del olfato y están empezando a querer hacerte estornudar... sabes bien qué no quieres que eso pase.
¿Qué harías en esta situación?
Responde y tira 3 dados 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Sentret (H)
Sentret (M)
Slakoth (H)
Slakoth (H)
Cherubi (H)
Ledyba (H)
Frente a ti, en el infinito gris que se proyecta frente a tus ojos, comienza a formarse una figura oscura, más o menos de tu tamaño, algo encorvada y con dos enormes zarpas en sus extremidades superiores.
Es un Excadrill. Él te mira y parece sonreír. Con determinación se te acerca y no puedes alejarte, ya estas contra la pared. Lo sientes llegar y chocar contigo estúpidamente...
En el momento en que el Excadrill te tocó, tu mente se desconectó. No sentiste nada en realidad, sólo fue un pantallazo, como si acabaras de tener un sueño muy claro. Te levantas sobre una superficie endurecida y terrosa. Lo primero que vez frente a ti son seis pokémon. Dos Sentret, dos Slakoth, un Cherubi y un Ledyba. Ellos te observan con parsimonia, como si llevaran mucho tiempo esperando a que te levantes...
Te incorporas tratando de concentrarte y trazar un pequeño plano mental del lugar donde estas. No puedes ver mucho, hay una gran cantidad de maleza, además de que tus ojos están un poco... extraños.
Entonces te das cuenta del cambio. Tu cuerpo pesa, y pesa mucho más de lo que pesaba antes. Sin embargo, tienes la fuerza suficiente como para que no te moleste. Tu piel se ha cubierto por una capa de pelo más espesa y de un color más oscuro. En tu cabeza, tu cabello se ha erizado y se ha endurecido como casi al punto de que parece metal. Está largo, tanto que hace sombra sobre tu cara como su fuera un gran cuerno. Cuando quieres tocarlo con tus manos te das cuenta de la gran diferencia. ¡Tienes dos zarpas al menos 20 veces más grandes que tus antiguas y debiluchas manos humanas!
El resto de tu cuerpo parece normal pero sientes como si tus piernas fueran más fornidas y como si las uñas de tus pies comenzaran a escarbar por si solas sobre tus zapatos. Esa ropa que llevas no durará mucho, espero que no tengas demasiado pudor.
(Debes arrojar un dado 1d5 para saber cuántas misiones te dura la ropa)
El asunto es problemático. Sabes muy bien que te has vinculado con ese Excadrill y eso tiene sus ventajas y desventajas pero más que nada te asusta porque no sabes que vendrá a continuación.
Los pokémon a tus pies esperan un movimiento de tu parte. No sabes bien qué hacer, estas en un mundo extraño, con un cuerpo extraño y... aromas extraños que invaden tu ahora muy
desarrollado sentido del olfato y están empezando a querer hacerte estornudar... sabes bien qué no quieres que eso pase.
¿Qué harías en esta situación?
Responde y tira 3 dados 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Sentret (H)
Sentret (M)
Slakoth (H)
Slakoth (H)
Cherubi (H)
Ledyba (H)
Ethan
Spoiler:
Entras con mucha confianza en ti mismo a la habitación. Realmente no sabes lo que espera dentro pero te importa muy poco, lo llevarás adelante porque tu mente es fuerte.
El sitio es un vacío de color blanco resplandeciente y es algo caótico porque no puedes ni siquiera percibir el piso sobre el que estás parado. Lo único que percibes es un nubarrón de color café que comienza a tomar forma frente a ti. Lentamente, va convirtiéndose en un Lopunny.
Giras la cabeza un poco extrañado y la alta coneja sonriente se acerca a ti con sus brazos extendidos para darte un cálido abrazo.
El abrazo del pokémon fue una especie de detonante que te devolvió por completo tus sentidos. Cuando abriste los ojos pudiste ver a tus pies un sendero de tierra bastante ancho que va y llega hasta donde alcanzan a ver tus ojos. A los lados del terreno hay bosquecitos de árboles poco tupidos.
Sientes que tu cara pica y cuando vas a rascarte descubres algo terrorífico. Tus muñecas están cubiertas de una tupida capa de lo que parece ser algodón. Y no solo tus muñecas, debajo de tus pantalones, en tus pantorrillas, también crece ese pelo enrulado de color crema. ¡Y no solo eso! Tu cabello creció en dos largas colas a los lados de tu cabeza, terminándose en dos enormes bollos del mismo algodón crema. El resto de tu piel está igual salvo por una capa un poco más gruesa de bello color café.
No puedes más que estar decepcionado y aterrorizado. ¡Te has fusionado con ese conejo marica! Tú, el gran Ethan, ahora no pareces más que una bailarina de Streep Tease furry. Revisas con una mano tu entrepierna para llegar a la relajante conclusión de que al menos sigues siendo macho. Cuando investigas tu trasero... sí, allí está. El rabo de un Lopunny, de bello enrulado pero un color más café. Por suerte tu pantalón lo oculta.
Todavía impactado por eso, ves llegar a un Buneary pequeño, un Pidgeotto, un Manectric y un Corphish. Notas con algo de recelo que los pokémon parecen observarte con ternura, casi amorosamente. Aún así, no intentas espantarlos pues sabes que ellos serán tus aliados... sólo esperas que tengan bien en cuenta que ERES MACHO.
Bastante impactado y trastornado por el suceso tratas de calmarte y de decidir qué camino tomarás. Una buena opción podría ser enviar a Pidgeotto a explorar los alrededores, al menos para tener algo de noción del entorno en el que estás. Otra opción que podrías tomar es seguir el sendero en el que estás, hacia delante o hacia atrás. Y por último... quizá podrías atinar a internarte en el bosque, aunque deberías saber que esa opción puede llegar a ser un poco más peligrosa. ¿Qué harás?
Si entras al bosque, arroja un dado 1d100. Tienes 50% de posibilidades de terminar en una batalla.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Buneary (H)
Pidgeotto (M)
Manectric (H)
Corphish (H)
El sitio es un vacío de color blanco resplandeciente y es algo caótico porque no puedes ni siquiera percibir el piso sobre el que estás parado. Lo único que percibes es un nubarrón de color café que comienza a tomar forma frente a ti. Lentamente, va convirtiéndose en un Lopunny.
Giras la cabeza un poco extrañado y la alta coneja sonriente se acerca a ti con sus brazos extendidos para darte un cálido abrazo.
El abrazo del pokémon fue una especie de detonante que te devolvió por completo tus sentidos. Cuando abriste los ojos pudiste ver a tus pies un sendero de tierra bastante ancho que va y llega hasta donde alcanzan a ver tus ojos. A los lados del terreno hay bosquecitos de árboles poco tupidos.
Sientes que tu cara pica y cuando vas a rascarte descubres algo terrorífico. Tus muñecas están cubiertas de una tupida capa de lo que parece ser algodón. Y no solo tus muñecas, debajo de tus pantalones, en tus pantorrillas, también crece ese pelo enrulado de color crema. ¡Y no solo eso! Tu cabello creció en dos largas colas a los lados de tu cabeza, terminándose en dos enormes bollos del mismo algodón crema. El resto de tu piel está igual salvo por una capa un poco más gruesa de bello color café.
No puedes más que estar decepcionado y aterrorizado. ¡Te has fusionado con ese conejo marica! Tú, el gran Ethan, ahora no pareces más que una bailarina de Streep Tease furry. Revisas con una mano tu entrepierna para llegar a la relajante conclusión de que al menos sigues siendo macho. Cuando investigas tu trasero... sí, allí está. El rabo de un Lopunny, de bello enrulado pero un color más café. Por suerte tu pantalón lo oculta.
Todavía impactado por eso, ves llegar a un Buneary pequeño, un Pidgeotto, un Manectric y un Corphish. Notas con algo de recelo que los pokémon parecen observarte con ternura, casi amorosamente. Aún así, no intentas espantarlos pues sabes que ellos serán tus aliados... sólo esperas que tengan bien en cuenta que ERES MACHO.
Bastante impactado y trastornado por el suceso tratas de calmarte y de decidir qué camino tomarás. Una buena opción podría ser enviar a Pidgeotto a explorar los alrededores, al menos para tener algo de noción del entorno en el que estás. Otra opción que podrías tomar es seguir el sendero en el que estás, hacia delante o hacia atrás. Y por último... quizá podrías atinar a internarte en el bosque, aunque deberías saber que esa opción puede llegar a ser un poco más peligrosa. ¿Qué harás?
Si entras al bosque, arroja un dado 1d100. Tienes 50% de posibilidades de terminar en una batalla.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Buneary (H)
Pidgeotto (M)
Manectric (H)
Corphish (H)
Darcku
Spoiler:
Cuando llega tu turno de entrar en la habitación te sientes extremadamente nervioso pero al menos estás concentrado, ese personaje que los recibió te dejó bien despierto y atento a cualquier cosa que pase.
El cuarto donde ingresas es un espacio psicodélico de color púrpura. No te marea pero te hace sentir mucho vértigo, como si estuvieras parado sobre la nada. Frente a ti se forma una figura de un tamaño mediano y variados colores. Poco a poco toma nitidez y te percatas de que es un Amoonguss. No puedes evitar pensar que es muy extraño estar solo en la habitación con ese pokémon, primero porque había otras personas que entraron antes que tu y segundo porque ese pokémon parece totalmente desubicado en ese sitio.
Dando saltitos se te acerca y desde donde está estira su mano como para saludarte. No puedes resistirte a devolverle el gesto y en cuanto lo tocas...
En cuanto lo tocas sientes si una gran cantidad de anestesia hubiera dejado de hacerte efecto. Estás tirado en el suelo, con el cuerpo muy pesado. Con mucho esfuerzo te incorporas. No puedes evitar notar que el color de tu piel pasó a ser de un gris bastante oscuro. Te percatas también de que tus codos y hombros y están adornados con grandes setas de colores similares a los de las pokeball. Sobre tu cabeza, tu cabello está cubierto por una seta aún más grande del mismo color que hace sombra a tu cara. Para tu suerte sigues conservando tus fuertes piernas pero no puedes evitar pensar que el aspecto que tienes es ridículo. Toda tu vida tratando de ser normal y ese desquiciado sistema virtual te convierte en un maldito hongo.
Mientras investigas las setas en tu cuerpo y preguntándote si dolerá que las rompas, algunos pokémon aparecen y se reúnen alrededor tuyo. Un pequeño grupo liderado por un Migthyena y acompañado por dos Poochyena, un Caterpie y un Aipom. Esos pokémon te observan como si esperaran una orden tuya. Quizá puedas usarlos para investigar un poco el lugar o podrías dejar que se queden cerca tuyo y esperar a ver qué pasa.
¿Esperas junto con ellos a ver qué pasa? Si decides enviarlos por separado a explorar debes tirar 3 dados 1d3.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Migthyena (H)
Poochyena (H)
Poochyena (M)
Caterpie (H)
Aipom (M)
El cuarto donde ingresas es un espacio psicodélico de color púrpura. No te marea pero te hace sentir mucho vértigo, como si estuvieras parado sobre la nada. Frente a ti se forma una figura de un tamaño mediano y variados colores. Poco a poco toma nitidez y te percatas de que es un Amoonguss. No puedes evitar pensar que es muy extraño estar solo en la habitación con ese pokémon, primero porque había otras personas que entraron antes que tu y segundo porque ese pokémon parece totalmente desubicado en ese sitio.
Dando saltitos se te acerca y desde donde está estira su mano como para saludarte. No puedes resistirte a devolverle el gesto y en cuanto lo tocas...
En cuanto lo tocas sientes si una gran cantidad de anestesia hubiera dejado de hacerte efecto. Estás tirado en el suelo, con el cuerpo muy pesado. Con mucho esfuerzo te incorporas. No puedes evitar notar que el color de tu piel pasó a ser de un gris bastante oscuro. Te percatas también de que tus codos y hombros y están adornados con grandes setas de colores similares a los de las pokeball. Sobre tu cabeza, tu cabello está cubierto por una seta aún más grande del mismo color que hace sombra a tu cara. Para tu suerte sigues conservando tus fuertes piernas pero no puedes evitar pensar que el aspecto que tienes es ridículo. Toda tu vida tratando de ser normal y ese desquiciado sistema virtual te convierte en un maldito hongo.
Mientras investigas las setas en tu cuerpo y preguntándote si dolerá que las rompas, algunos pokémon aparecen y se reúnen alrededor tuyo. Un pequeño grupo liderado por un Migthyena y acompañado por dos Poochyena, un Caterpie y un Aipom. Esos pokémon te observan como si esperaran una orden tuya. Quizá puedas usarlos para investigar un poco el lugar o podrías dejar que se queden cerca tuyo y esperar a ver qué pasa.
¿Esperas junto con ellos a ver qué pasa? Si decides enviarlos por separado a explorar debes tirar 3 dados 1d3.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Migthyena (H)
Poochyena (H)
Poochyena (M)
Caterpie (H)
Aipom (M)
Xpoke:
Spoiler:
Con mucha fe en ti mismo ingresas a la habitación para toparte de lleno con lo que parece ser un vacío existencial. No hay nada más que tú en ese lugar, aún sabiendo que hay personas que entraron antes. Es un sitio caótico, donde el color plateado domina la inmensidad. Frente a ti, muy lentamente, comienza a formarse la figura de una criatura.
El ser es bastante grande. No tarda en tomar la forma acampanada de un Bronzong. Te sientes extraño al verlo, te parece que no deberán estar juntos ahí, eso que está pasando no es normal.
Entonces, mientras vacilabas en lo que podrías hacer, el Bronzong se lanzó hacia ti y como si fuera una topadora se estrelló sin remedio contra tu cara.
Cuando te levantas sientes realmente como si hubieras sido atropellado. Estás recostado sobre una pequeña pendiente que te deja ver a lo lejos una enorme arboleda y un pequeño riachuelo a sus pies. También te das cuenta que se van acercando a ti algunos pequeños pokémon de diversos tipos. Un Zigzagoon, un Odissh, un Shellos, un Taillow, un Skitty y un Roggenrola. Ellos parecen ser muy dóciles y entonces estiras la mano para acariciarlos... y te das cuenta que tu cuerpo está cubierto por una armadura de metal. Te revisas bien cómo puedes, tienes un peto de metal azul oscuro cubriendo tu torso, tus hombros y parte de tus brazos. También llevas guanteletes y glebas. Te tocas la cara y te das cuenta que tienes profundas marcas en la piel como formando excéntricos dibujos. Tus piernas están revestidas también por una mediana falda y unas botas también de metal. Te sientes como todo un guerrero medieval, aunque te estaría haciendo falta una espada.
Con calma te pones a pensar que quizá ese Bronzong tuvo algo que ver en tu cambio. En el Colegio Virtual cualquier cosa puede pasar por lo que no te asombras demasiado y decides concentrarte en lo que vendrá. Te llama bastante la atención ese grupo de pokémon, parecen dispuestos a obedecerte. Podrían ir a investigar juntos hacia el lado de ese bosquecillo, bajando la pendiente en la que están, o podrían ir hacia atrás donde subirán un poco más, hasta una montaña pequeña que quizá les muestre un poco más de terreno.
Si decides ir hacia el bosquecillo, tienes que tirar un dado 1d100. Si decides subir la montaña, tienes que tirar un dado 1d3.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Zigzagoon (M)
Oddish (H)
Shellos (H)
Taillow (M)
Skitty (H)
Roggenrola (M)
El ser es bastante grande. No tarda en tomar la forma acampanada de un Bronzong. Te sientes extraño al verlo, te parece que no deberán estar juntos ahí, eso que está pasando no es normal.
Entonces, mientras vacilabas en lo que podrías hacer, el Bronzong se lanzó hacia ti y como si fuera una topadora se estrelló sin remedio contra tu cara.
Cuando te levantas sientes realmente como si hubieras sido atropellado. Estás recostado sobre una pequeña pendiente que te deja ver a lo lejos una enorme arboleda y un pequeño riachuelo a sus pies. También te das cuenta que se van acercando a ti algunos pequeños pokémon de diversos tipos. Un Zigzagoon, un Odissh, un Shellos, un Taillow, un Skitty y un Roggenrola. Ellos parecen ser muy dóciles y entonces estiras la mano para acariciarlos... y te das cuenta que tu cuerpo está cubierto por una armadura de metal. Te revisas bien cómo puedes, tienes un peto de metal azul oscuro cubriendo tu torso, tus hombros y parte de tus brazos. También llevas guanteletes y glebas. Te tocas la cara y te das cuenta que tienes profundas marcas en la piel como formando excéntricos dibujos. Tus piernas están revestidas también por una mediana falda y unas botas también de metal. Te sientes como todo un guerrero medieval, aunque te estaría haciendo falta una espada.
Con calma te pones a pensar que quizá ese Bronzong tuvo algo que ver en tu cambio. En el Colegio Virtual cualquier cosa puede pasar por lo que no te asombras demasiado y decides concentrarte en lo que vendrá. Te llama bastante la atención ese grupo de pokémon, parecen dispuestos a obedecerte. Podrían ir a investigar juntos hacia el lado de ese bosquecillo, bajando la pendiente en la que están, o podrían ir hacia atrás donde subirán un poco más, hasta una montaña pequeña que quizá les muestre un poco más de terreno.
Si decides ir hacia el bosquecillo, tienes que tirar un dado 1d100. Si decides subir la montaña, tienes que tirar un dado 1d3.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Zigzagoon (M)
Oddish (H)
Shellos (H)
Taillow (M)
Skitty (H)
Roggenrola (M)
Saraky:
Spoiler:
Ingresas a la habitación con tus rodillas castañeando de emoción. Te asombras mucho al darte de lleno con un lugar oscuro, como si te hubieras metido dentro de una sombra. Esa sensación es muy rara, de verdad te sientes devorada por el lugar y crees que será peligroso porque los que entraron antes que tú ya no están ahí.
Entonces percibes como se forma frente a ti un pokémon cuadrúpedo. Al principio te cuesta distinguir cuál es pero en cuanto su pelo toma un color blanco no tardas en percatarte de que es un Absol.
El pokémon siniestro se te acerca y tu, incapaz de despreciar su belleza, le tiendes la mano esperando acariciar ese terso pelaje.
Tocarlo fue como meter la mano en otra dimensión. Te levantas del suelo como si te hubieras caído aunque a ti no te parece que hubiera pasado nada, no te sientes adolorida aunque sí un poco mareada.
No puedes evitar ver tu cabello caer a tus costados y tu sorpresa es impresionante al percibir que es de color blanco. Hundes tus manos en él para sentirlo y dar te cuenta que es muy largo y pálido como la luna. Lentamente tus manos recorren tu cabeza para llegar a tu frente y ahí te encuentras con la espantosa verdad de que tienes un enorme cuerno que crece hacia un costado. Es el cuerno de un Absol, no te queda duda, es duro y filoso. Algo impactada, tratas de asimilar el hecho de que tu cuerpo se haya unido al de ese pokémon.
Mientras piensas un poco lo que está pasando y contemplas que además de tu pelo también tus muñecas y tus piernas tienen ese vello blanco que no es para nada femenino (además de que tu piel se ha oscurecido bastante) algunos pokémon salvajes se acercan a ti con algo de lentitud. Te sientes aún más sorprendida al ver que se hechan lentamente a tus pies. Tienes enfrente a un Umbreon, un Murkrow, un Nuzleaf y Houndour. Parecen obedientes y leales.
No logras salir de tu estupor pero tu instinto parece tratar de decirte que hagas algo. Lo primero que quieres hacer es ocultarte, por alguna extraña razón te sientes desnuda estando a la luz del sol. Hay muchos árboles y zonas rocosas cerca, puedes encontrar refugio. Otra opción es pedir a esos pokémon que vigilen los alrededores.
Si tomas la primera opción, tira un dado 1d100. Si envías a tus pokémon a investigar, tira 1 dado 1d3.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Umbreon (M)
Murkrow (M)
Nuzleaf (M)
Houndour (M)
Entonces percibes como se forma frente a ti un pokémon cuadrúpedo. Al principio te cuesta distinguir cuál es pero en cuanto su pelo toma un color blanco no tardas en percatarte de que es un Absol.
El pokémon siniestro se te acerca y tu, incapaz de despreciar su belleza, le tiendes la mano esperando acariciar ese terso pelaje.
Tocarlo fue como meter la mano en otra dimensión. Te levantas del suelo como si te hubieras caído aunque a ti no te parece que hubiera pasado nada, no te sientes adolorida aunque sí un poco mareada.
No puedes evitar ver tu cabello caer a tus costados y tu sorpresa es impresionante al percibir que es de color blanco. Hundes tus manos en él para sentirlo y dar te cuenta que es muy largo y pálido como la luna. Lentamente tus manos recorren tu cabeza para llegar a tu frente y ahí te encuentras con la espantosa verdad de que tienes un enorme cuerno que crece hacia un costado. Es el cuerno de un Absol, no te queda duda, es duro y filoso. Algo impactada, tratas de asimilar el hecho de que tu cuerpo se haya unido al de ese pokémon.
Mientras piensas un poco lo que está pasando y contemplas que además de tu pelo también tus muñecas y tus piernas tienen ese vello blanco que no es para nada femenino (además de que tu piel se ha oscurecido bastante) algunos pokémon salvajes se acercan a ti con algo de lentitud. Te sientes aún más sorprendida al ver que se hechan lentamente a tus pies. Tienes enfrente a un Umbreon, un Murkrow, un Nuzleaf y Houndour. Parecen obedientes y leales.
No logras salir de tu estupor pero tu instinto parece tratar de decirte que hagas algo. Lo primero que quieres hacer es ocultarte, por alguna extraña razón te sientes desnuda estando a la luz del sol. Hay muchos árboles y zonas rocosas cerca, puedes encontrar refugio. Otra opción es pedir a esos pokémon que vigilen los alrededores.
Si tomas la primera opción, tira un dado 1d100. Si envías a tus pokémon a investigar, tira 1 dado 1d3.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Umbreon (M)
Murkrow (M)
Nuzleaf (M)
Houndour (M)
Alfredo
Spoiler:
Con parsimonia ingresas al cuarto donde todos los demás entraron y no puedes evitar sentir que has entrado en el estómago del universo. No hay nadie allí, de repente te has quedado solo frente a la inmensidad de lo que parece ser un cosmos infinito. Frente a ti, una figura enorme de más de dos metros se materializa. Tardas un poco en distinguir la forma del pokémon. Es grande tu sorpresa al entender que es un Golurk. Su aspecto regio y firme te hace sentir algo incómodo, pero decides enfrentarlo como fuera otro desafío.
El pokémon se te acerca lentamente y estira su mano para intentar aplastarte con ella.
A pesar de que deberías sentirte como puré de papas te sientes bien en realidad aunque bastante nervioso y mareado.
En frente tienes a un Gastly, un Shupett, un Mankey, un Yanma y dos Patrat. Esos pokémon parecen estar custodiándote, esperando algún movimiento tuyo. Al percibir tu entorno te das cuenta que estás en un claro sombrío, con algunos árboles pelados y secos. La tierra está agrietada y húmeda. Parece que ese Colegio Virtual no deja de tratar de darte sustos.
Recién al final te percibes a ti mismo, muy cambiado. Tus muñecas y tus hombros están cubiertos por placas tectónicas con runas grabadas en ellas. Tus músculos parecen más macizos aunque tus piernas están bien flacas. Una especie de grilletes de terracota recubren tus muñecas y tobillos. Pero lo más extraño de todo es tu piel. Puedes tocarla pero tienes la extraña sensación de podrías hacerla tan penetrable como el humo. Ese Golurk es ahora una parte de tu físico y de tu mente.
Con esa revelación tan inesperada comienzas a ver que los pokémon que te escoltan se ponen nerviosos. Hay algo raro en el ambiente. ¿Deberías alejarte de ese sitio? ¿O te quedarás allí, pase lo que pase?
Tomes la decisión que tomes, tira un dado 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Gastly (M)
Shupett (M)
Mankey (H)
Yanma (H)
Patrat (M)
Patrat (M)
El pokémon se te acerca lentamente y estira su mano para intentar aplastarte con ella.
A pesar de que deberías sentirte como puré de papas te sientes bien en realidad aunque bastante nervioso y mareado.
En frente tienes a un Gastly, un Shupett, un Mankey, un Yanma y dos Patrat. Esos pokémon parecen estar custodiándote, esperando algún movimiento tuyo. Al percibir tu entorno te das cuenta que estás en un claro sombrío, con algunos árboles pelados y secos. La tierra está agrietada y húmeda. Parece que ese Colegio Virtual no deja de tratar de darte sustos.
Recién al final te percibes a ti mismo, muy cambiado. Tus muñecas y tus hombros están cubiertos por placas tectónicas con runas grabadas en ellas. Tus músculos parecen más macizos aunque tus piernas están bien flacas. Una especie de grilletes de terracota recubren tus muñecas y tobillos. Pero lo más extraño de todo es tu piel. Puedes tocarla pero tienes la extraña sensación de podrías hacerla tan penetrable como el humo. Ese Golurk es ahora una parte de tu físico y de tu mente.
Con esa revelación tan inesperada comienzas a ver que los pokémon que te escoltan se ponen nerviosos. Hay algo raro en el ambiente. ¿Deberías alejarte de ese sitio? ¿O te quedarás allí, pase lo que pase?
Tomes la decisión que tomes, tira un dado 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Gastly (M)
Shupett (M)
Mankey (H)
Yanma (H)
Patrat (M)
Patrat (M)
Lunahia
Spoiler:
No te parece buena idea entrar a un cuarto que bien podría ser más pequeño que el anterior, pero peor aún sería quedarse con ese guía tan extraño. Al ingresar parece como si te sumergieras en un océano. Es una infinidad azul, sin piso ni techo y si bien puedes respirar normalmente, hay una gran presión en tus órganos.
Frente a tus ojos, donde debería haber otras personas, sólo hay una masa celeste transfigurándose. Al alcanzar su forma definida, te das cuenta que esa masa es un Vaporeon.
Te alegras al reconocer la figura elegante y bella del pokémon de agua, pero antes de que alcances a reaccionar, la criatura se arroja de un salto a tus brazos.
En un abrir y cerrar de ojos, cuando debiste tomar al pokémon con tus manos, desapareció al igual que aquél sitio tan raro donde te lo encontraste. En ese instante estás medio sumergida en el río, tu ropa hecha un desastre pero tu cuerpo... tu cuerpo ahora es azul y no alcanzas a distinguir si el agua te moja o no.
Llevas tus manos a tu cabeza sólo para distinguir que tus orejas se han estirado y agrandado, como dos pequeñas aletas. Sientes la presencia de branquias en tu cuello a pesar de que tus pulmones funcionan perfectamente. A tu espalda, hay una aleta dorsal delicada que termina en un medianamente largo rabo que te está molestando mucho dentro de tu pantalón y no te queda otra opción más que buscar la vergonzosa forma de sacarlo de allí. El resto de tu cuerpo es humano aunque tu piel está azul y tus manos y pies tienen incómodas membranas.
Tratas de no alterarte y conservar tu personalidad alegre. Ahora parece que te has cruzado con ese Vaporeon, pero sólo es un juego ¿verdad?
En la orilla del río y en el agua se reúnen algunos pokémon salvajes. Un par de Goldeen, un Psyduck, un Spearow, un Sandshrew y un Litleo. Ellos te observan como esperando indicaciones aunque antes que eso deberías buscar la forma de entender qué está sucediendo.
Como no soportas estar sin hacer nada, es hora de qué decidas qué paso (o aletazo) vas a dar. Tienes que tener en cuenta que la mitad de esos pokémon no pueden nadar por lo que si sigues por el río para investigar los demás tendrán que seguirte desde la orilla. Si sales del agua y vas tierra adentro, los Goldeen tampoco podrán seguirte.
¿Que vas a hacer?
Si vas por agua, tus pokémon que van por tierra tienen un 30% de posibilidades de ser atacados. Si vas por tierra, tus Goldeen tienen un 45% de posibilidades de ser atacados.
Tira un dado 1d100 elijas lo que elijas.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Goldeen (H)
Goldeen (H)
Psyduck (H)
Spearow (M)
Sandshrew (M)
Litleo (M)
Frente a tus ojos, donde debería haber otras personas, sólo hay una masa celeste transfigurándose. Al alcanzar su forma definida, te das cuenta que esa masa es un Vaporeon.
Te alegras al reconocer la figura elegante y bella del pokémon de agua, pero antes de que alcances a reaccionar, la criatura se arroja de un salto a tus brazos.
En un abrir y cerrar de ojos, cuando debiste tomar al pokémon con tus manos, desapareció al igual que aquél sitio tan raro donde te lo encontraste. En ese instante estás medio sumergida en el río, tu ropa hecha un desastre pero tu cuerpo... tu cuerpo ahora es azul y no alcanzas a distinguir si el agua te moja o no.
Llevas tus manos a tu cabeza sólo para distinguir que tus orejas se han estirado y agrandado, como dos pequeñas aletas. Sientes la presencia de branquias en tu cuello a pesar de que tus pulmones funcionan perfectamente. A tu espalda, hay una aleta dorsal delicada que termina en un medianamente largo rabo que te está molestando mucho dentro de tu pantalón y no te queda otra opción más que buscar la vergonzosa forma de sacarlo de allí. El resto de tu cuerpo es humano aunque tu piel está azul y tus manos y pies tienen incómodas membranas.
Tratas de no alterarte y conservar tu personalidad alegre. Ahora parece que te has cruzado con ese Vaporeon, pero sólo es un juego ¿verdad?
En la orilla del río y en el agua se reúnen algunos pokémon salvajes. Un par de Goldeen, un Psyduck, un Spearow, un Sandshrew y un Litleo. Ellos te observan como esperando indicaciones aunque antes que eso deberías buscar la forma de entender qué está sucediendo.
Como no soportas estar sin hacer nada, es hora de qué decidas qué paso (o aletazo) vas a dar. Tienes que tener en cuenta que la mitad de esos pokémon no pueden nadar por lo que si sigues por el río para investigar los demás tendrán que seguirte desde la orilla. Si sales del agua y vas tierra adentro, los Goldeen tampoco podrán seguirte.
¿Que vas a hacer?
Si vas por agua, tus pokémon que van por tierra tienen un 30% de posibilidades de ser atacados. Si vas por tierra, tus Goldeen tienen un 45% de posibilidades de ser atacados.
Tira un dado 1d100 elijas lo que elijas.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Goldeen (H)
Goldeen (H)
Psyduck (H)
Spearow (M)
Sandshrew (M)
Litleo (M)
Acopa
Spoiler:
Entras a la nueva habitación siguiendo alegremente a los demás pero en cuanto traspasas la puerta te das de lleno con ámbito oscuro y psicodélico que te borra rápidamente la sonrisa. Ya no estás acompañada, estás sola. Y eso no te gusta para nada.
Para tu horror, frente a tus ojos, se aparece una figura grande y sombría. Es un pokémon, un Malamar. No te gusta mucho su aspecto, realmente aterra, no quieres estar cerca de él en ese lugar encerrado. Cuando te vuelves para abrir la puerta y regresar te das cuenta que no hay puerta. Estas en esa especie de universo oscuro y caótico. Los tentáculos de Malamar se te acercan y se enredan sin piedad alrededor de tu cuerpo.
Cuando vuelves a abrir los ojos sigue estando oscuro pero esta vez el sitio parece más real. Es una especie de cueva, puedes tocar con tu mano la pared de piedra... te aterra darte cuenta que tus manos ya no son como antes. Si bien conservan su forma y su largo, ahora tu piel está recubierta por una especie de sustancia viscosa y elástica con colores negros y plateados. Al acariciar tu cabello te das cuenta que está revuelto y erizado, incluso parece más largo. La piel de tu torso ahora es de color morado, y tus piernas son plateadas, recubiertas de la misma sustancia que tus manos. No hace falta decirte que estás a punto de largarte a llorar del horror y la desesperación.
Cerca de ti, hacen su aparición un par de Drowzee, un Chingling, un Ralts, un Bidoof y un Combee. Esos extraños pokémon se quedan cerca de ti y te admiran, extrañados por tu semblante triste.
No te gusta tu aspecto. Realmente es siniestro. Lo bueno es que al menos esos pokémon te acompañan y ya no estás sola. Depende de ti lo que harás ahora. ¿Dejarás que la tristeza te embriague y te quedarás en ese lugar? ¿Saldrás de la cueva a explorar a ver qué hay por los alrededores? ¿O enviarás unos pocos pokémon a vigilar?
Si sales de la cueva, tira un dado 1d100. Si envías pokémon a vigilar, tira un dado 1d3 por cada pokémon que mandes.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Drowzee (M)
Drowzee (H)
Chingling (M)
Ralts (H)
Bidoof (H)
Combee (H)
Para tu horror, frente a tus ojos, se aparece una figura grande y sombría. Es un pokémon, un Malamar. No te gusta mucho su aspecto, realmente aterra, no quieres estar cerca de él en ese lugar encerrado. Cuando te vuelves para abrir la puerta y regresar te das cuenta que no hay puerta. Estas en esa especie de universo oscuro y caótico. Los tentáculos de Malamar se te acercan y se enredan sin piedad alrededor de tu cuerpo.
Cuando vuelves a abrir los ojos sigue estando oscuro pero esta vez el sitio parece más real. Es una especie de cueva, puedes tocar con tu mano la pared de piedra... te aterra darte cuenta que tus manos ya no son como antes. Si bien conservan su forma y su largo, ahora tu piel está recubierta por una especie de sustancia viscosa y elástica con colores negros y plateados. Al acariciar tu cabello te das cuenta que está revuelto y erizado, incluso parece más largo. La piel de tu torso ahora es de color morado, y tus piernas son plateadas, recubiertas de la misma sustancia que tus manos. No hace falta decirte que estás a punto de largarte a llorar del horror y la desesperación.
Cerca de ti, hacen su aparición un par de Drowzee, un Chingling, un Ralts, un Bidoof y un Combee. Esos extraños pokémon se quedan cerca de ti y te admiran, extrañados por tu semblante triste.
No te gusta tu aspecto. Realmente es siniestro. Lo bueno es que al menos esos pokémon te acompañan y ya no estás sola. Depende de ti lo que harás ahora. ¿Dejarás que la tristeza te embriague y te quedarás en ese lugar? ¿Saldrás de la cueva a explorar a ver qué hay por los alrededores? ¿O enviarás unos pocos pokémon a vigilar?
Si sales de la cueva, tira un dado 1d100. Si envías pokémon a vigilar, tira un dado 1d3 por cada pokémon que mandes.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Drowzee (M)
Drowzee (H)
Chingling (M)
Ralts (H)
Bidoof (H)
Combee (H)
Marcus
Spoiler:
Por desgracia para ti, el miedo gobierna plenamente tu ser. Odias cuando eso pasa porque sientes que estás a punto de morir en cualquier momento. El guía no ayudó en nada a quitarte el miedo y al entrar en ese cuarto no puedes evitar prácticamente hacerte en los pantalones al sentir como si estuvieras dentro de un vórtice plateado. No es un cuarto normal, es un sitio que parece la mente retorcida de un metalúrgico.
En frente de tus ojos, una figura toma forma de la mismísima nada haciendo que tu corazón esté a punto de reventar por la adrenalina. Te calmas un poco al ver que es un Klinklang. El pokémon no está muy lejos, pero ver algo más aparte de ti ocupando ese lugar te hace sentir más seguro. Te acerca un poco y cuando llegas a estar a su alcance la mirada del pokémon se fija en ti.
En un simple parpadeo la habitación deja de existir y frente a ti se extiende la inmensidad de una pradera con un bosque muy a lo lejos. Un paisaje de lo más normal que hace que logra hacer que la alegría te domine. Sin embargo, empiezas a perder esa alegría cuando percibes que hay cambios en tu cuerpo. Lo más llamativo es una gran pieza circular similar a un anillo de acero rodeando tu cintura. Tu cuerpo es muy similar a lo que era pero tu ropa ha cambiado completamente, estas cubierto por lo que parecen partes de engranajes y piezas mecánicas. Te sorprendes pero no pierdes el entusiasmo pues sabes que es un juego y algo así no es más que un pequeño cambio en la realidad.
Algunos pokémon se te acercan, sacándote de tus pensamientos. Hay dos Pidgey, un Teddiursa, un Slowpoke y dos Pineco. Ellos están de tu lado, te seguirán y obedecerán, lo que te alegra aún más.
Dominado por esa alegría sólo queda que decidas qué harás. ¿Te pones a jugar con ellos para disfrutar tu buen humor? ¿Comienzas a caminar para ver qué más encuentras? También puedes enviar a los Pidgey a investigar desde los cielos.
Si envías a los Pidgey tira un dado 1d3. Si sales a caminar tira un dado 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Pidgey (H)
Pidgey (M)
Teddiursa (M)
Slowpoke (M)
Pineco (H)
Pineco (H)
En frente de tus ojos, una figura toma forma de la mismísima nada haciendo que tu corazón esté a punto de reventar por la adrenalina. Te calmas un poco al ver que es un Klinklang. El pokémon no está muy lejos, pero ver algo más aparte de ti ocupando ese lugar te hace sentir más seguro. Te acerca un poco y cuando llegas a estar a su alcance la mirada del pokémon se fija en ti.
En un simple parpadeo la habitación deja de existir y frente a ti se extiende la inmensidad de una pradera con un bosque muy a lo lejos. Un paisaje de lo más normal que hace que logra hacer que la alegría te domine. Sin embargo, empiezas a perder esa alegría cuando percibes que hay cambios en tu cuerpo. Lo más llamativo es una gran pieza circular similar a un anillo de acero rodeando tu cintura. Tu cuerpo es muy similar a lo que era pero tu ropa ha cambiado completamente, estas cubierto por lo que parecen partes de engranajes y piezas mecánicas. Te sorprendes pero no pierdes el entusiasmo pues sabes que es un juego y algo así no es más que un pequeño cambio en la realidad.
Algunos pokémon se te acercan, sacándote de tus pensamientos. Hay dos Pidgey, un Teddiursa, un Slowpoke y dos Pineco. Ellos están de tu lado, te seguirán y obedecerán, lo que te alegra aún más.
Dominado por esa alegría sólo queda que decidas qué harás. ¿Te pones a jugar con ellos para disfrutar tu buen humor? ¿Comienzas a caminar para ver qué más encuentras? También puedes enviar a los Pidgey a investigar desde los cielos.
Si envías a los Pidgey tira un dado 1d3. Si sales a caminar tira un dado 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Pidgey (H)
Pidgey (M)
Teddiursa (M)
Slowpoke (M)
Pineco (H)
Pineco (H)
Raíz
Spoiler:
Con entusiasmo y optimismo ingresas a la habitación esperando que el desafío esté a tu altura. El sitio al que llegas es lo más parecido a estar sumergido en magma volcánico que podrás ver en tu vida. No hay paredes, ni techo ni siquiera los que ingresaron anteriormente al lugar. Estás solo en un vacío rojizo con una bola de fuego formándose frente a ti.
De la bola salen alas y lentamente vez cómo se convierte en un Volcarona. El inmenso pokémon insecto parece destilar fuego de su piel y se acerca peligrosamente a ti. Tanto que casi te está tocando.
Cierras los ojos por tanto brillo y en cuando lo haces sabes que algo ha cambiado. Ya no estás en ese infierno de magma sino que estás parado al lado de una torre de piedra emplazada al borde de un camino de tierra.
Eso te llama la atención, pero lo que más asombra es tu aspecto el que no puedes evitar percibir cuando te giras. De tu espalda salen tres pares de alas naranja con dibujos negros. Además de eso, tus pómulos están surcados por dos extrañas bolsas cálidas que cruzan desde la punta de tu cabeza hasta tu quijada. Y por último, la parte de tus hombros, pecho y espalda superior está coronada por una tupida mata de vello muy fino y blanco. Tu torso, piernas y piel por suerte siguen igual pero no puedes evitar tragar en seco al procesar la información de que acabas de fusionarte con ese Volcarona.
Es una sensación muy extraña. En realidad te sientes igual pero en tu mente tienes muy en claro que nada es lo mismo. Antes de que puedas terminar de asimilarlo, escuchas algunos sonidos detrás de ti y por entre los árboles asoman algunos pokémon: un Pinsir, un Surskit, un Dwebble, un Lillipup y un Cacnea. Ellos te rodean y te hacen fiesta como si tu cuerpo les diera calor... y quizá realmente lo haga.
No puedes evitar que te siga interesando mucho esa torre que está junto a ti. Podrías ir a investigar. Otra cosa que puedes hacer es caminar a lo largo de ese sendero hasta ver qué encuentras. Tu otra opción es internarte al lado del camino donde hay un espeso bosque, quizá los pokémon que te siguen se sientan como en casa aunque podría ser peligroso.
Si te internas en el bosque debes tirar un dado 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Pinsir (M)
Surskit (M)
Dwebble (H)
Lillipup (M)
Cacnea (H)
De la bola salen alas y lentamente vez cómo se convierte en un Volcarona. El inmenso pokémon insecto parece destilar fuego de su piel y se acerca peligrosamente a ti. Tanto que casi te está tocando.
Cierras los ojos por tanto brillo y en cuando lo haces sabes que algo ha cambiado. Ya no estás en ese infierno de magma sino que estás parado al lado de una torre de piedra emplazada al borde de un camino de tierra.
Eso te llama la atención, pero lo que más asombra es tu aspecto el que no puedes evitar percibir cuando te giras. De tu espalda salen tres pares de alas naranja con dibujos negros. Además de eso, tus pómulos están surcados por dos extrañas bolsas cálidas que cruzan desde la punta de tu cabeza hasta tu quijada. Y por último, la parte de tus hombros, pecho y espalda superior está coronada por una tupida mata de vello muy fino y blanco. Tu torso, piernas y piel por suerte siguen igual pero no puedes evitar tragar en seco al procesar la información de que acabas de fusionarte con ese Volcarona.
Es una sensación muy extraña. En realidad te sientes igual pero en tu mente tienes muy en claro que nada es lo mismo. Antes de que puedas terminar de asimilarlo, escuchas algunos sonidos detrás de ti y por entre los árboles asoman algunos pokémon: un Pinsir, un Surskit, un Dwebble, un Lillipup y un Cacnea. Ellos te rodean y te hacen fiesta como si tu cuerpo les diera calor... y quizá realmente lo haga.
No puedes evitar que te siga interesando mucho esa torre que está junto a ti. Podrías ir a investigar. Otra cosa que puedes hacer es caminar a lo largo de ese sendero hasta ver qué encuentras. Tu otra opción es internarte al lado del camino donde hay un espeso bosque, quizá los pokémon que te siguen se sientan como en casa aunque podría ser peligroso.
Si te internas en el bosque debes tirar un dado 1d100.
Equipo (puedes ponerles nombres, sólo tienes que editar la lista en la próxima misión):
Pinsir (M)
Surskit (M)
Dwebble (H)
Lillipup (M)
Cacnea (H)
[MENTION=27474]Elwood[/MENTION] [MENTION=67326]EthanBarush[/MENTION]
[MENTION=54014]Darcku[/MENTION] [MENTION=35519]xpoke[/MENTION] [MENTION=64151]Saraky[/MENTION] [MENTION=60921]Alfredo+[/MENTION] [MENTION=63455]Lunahia[/MENTION] [MENTION=68503]Acopa[/MENTION] [MENTION=63389]KricoGamer[/MENTION] [MENTION=52638]Raíz[/MENTION]
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